martes, 12 de diciembre de 2006

INOXIDABLE PASION


A 21 meses de la tragedia de Once
Siguen sonando
Familiares de víctimas, sobrevivientes y gran cantidad de fanáticos concurrieron al estadio cordobés para alentar a Callejeros, el grupo más polémico desde el incendio de Cromañón.

“Ni la ironía de la irónica ironía, ni lo falso de la falsa falsedad me explican lo que explican los que explican sobre la verdad”, entonó Patricio Santos Fontanet sentado en el escenario cordobés del Chateau Carreras cuando oyó tocar a su banda el primer acorde. Y continuó “Soy un muerto encerrado en un cuerpo vivo, soy un vivo que hace tiempo se murió” y el estadio vibró junto a él cantando el tema que titula su último disco: “Señales”

El esperado recital callejero se realizó en Córdoba el pasado Día de la Primavera. Comenzó a las 17 horas y duró una hora y media junto a las 20 mil personas que acompañaron al grupo.

Hubo lágrimas en familiares y sobrevivientes, pero la alegría de ver tocar
nuevamente a la banda inundó el estadio y se sentía como un alivio, como si se estuviera limpiando algo. El líder de la banda se acercó a los familiares de las víctimas diciendo: “ El 30 de diciembre perdimos todos como sociedad. Mi viejo decía que muerto es aquel que nadie recuerda, y los chicos están más vivos que nunca”. Además en el autotrol del escenario un cartel enorme gritaba: “ A los invisibles, por siempre”.

21 MESES: LA HERIDA SIGUE ABIERTA
Sociedad argentina, con la eterna capacidad de echarle la culpa a los demás y no reconocer los propios errores. El 30 de diciembre se desató una de las peores tragedias de la historia argentina: 192 personas morían a causa del incendio del boliche República Cromañón de Once. ¿Un culpable? No. Muchos responsables.

Y como bien dijo Pato Fontanet: “ Ese día perdimos todos como sociedad”.
Es que como es frecuente en la Argentina se pena al que se roba un peso y no al que roba millones, se pena al que convoca a la gente a un recital y no al que recibió billetes para habilitar un lugar que no estaba en condiciones o al dueño del lugar. Se cree culpable al que pone la cara, no al que autoriza.

Con el temor de que volviera a ocurrir el gobierno porteño realizó inspecciones por doquier. Aníbal Ibarra fue sobreseído de la causa pero su debió dejar su cargo. La furia de los padres de las víctimas sigue presente junto con la angustia de no tenerlos.

30 de diciembre de 2004, la huella más grande de que la irresponsabilidad y la inconciencia están a la cabeza de la sociedad y que mientras permanezcan allí, todo puede volver a pasar.
La pasión callejera sigue inoxidable como en sus comienzos, sin embargo lleva en sus entrañas una herida abierta muy difícil de curar.