martes, 15 de abril de 2008

YO QUIERO SER

Hace 3 años sentí la necesidad de ser periodista, de capacitarme y poder desempeñarme como tal en el futuro. Pasaron esos 3 años y sigue intacta en mí esa urgencia, urgencia de comunicar, de transmitir, de informar, de analizar resultándome imprescindible conocer la actualidad, la realidad que me rodea sin dejar de tomar en cuenta ningún aspecto, en lo posible.

En la actualidad, el periodismo tiene ( y ha tenido siempre que la política se lo ha permitido) una responsabilidad enorme en sus manos en cuanto a su tarea de informar, formar y entretener a su público. Además, un poder indiscutible respecto de lo que se informa, y fundamentalmente respecto de lo que se opina. No es en vano, entonces, la atribución de Cuarto Poder que se le ha conferido, en relación a los 3 poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El periodismo es, sin ninguna duda, formador de opinión y eso muchas veces le cuesta y le ha costado, reproches políticos, en el mejor de los casos.

Hoy quiero ser periodista porque siento la vocación, el placer de escribir y comunicar, de hablar y transmitir. Y por sobre todas las cosas, de brindar información con la mayor fidelidad y veracidad posible a la sociedad.

Me resulta imperioso llegar a comprender la cuestión de la ética periodística. ¿Hasta dónde llegan los límites del periodista como persona cuando un medio le impone ciertas reglas? ¿Puede más, en algunos casos, la necesidad de “comer” que mantener firme la ideología propia? ¿Cómo se resuelve ese dilema? Por el momento, no encuentro respuestas para esas preguntas. Debo suponer que la experiencia en la tarea periodística me dará la clave para resolver la cuestión.

Es la tarea periodística la que brinda a quien la ejerce, la satisfacción de la expresión ( y repito: siempre y cuando el poder político y sus circunstancias lo permitan), la pasión de comunicar, de llegar a quien lo lee, lo mira o lo escucha. Es tarea necesaria para que la sociedad conozca, sepa, se entere, se forme, se entretenga. Y es, condición necesaria para ser genuino periodista la entrega total y absoluta a la pasión por la noticia de interés social y público; y en muchas ocasiones, el sacrificio y postergación de cuestiones personales en pos del interés público.

Recuerdo las palabras de un profesor: “El periodismo es como un sacerdocio, es entrega completa hacia la tarea que se realiza” Y comprendo cada una de esas palabras; se es periodista las 24 horas del día y no las horas que uno cumpla en un medio periodístico. Se es periodista cuando ocurre un hecho fuera del horario de trabajo y se tiene la necesidad de tomar nota o de inmiscuirse en él. Se es periodista cuando se recolecta y transmite información, se analiza, se critica, se opina. Es periodista quien tiene la agudeza y la necesidad personal de resolver cuestiones que el común de la gente no puede resolver. Es fundamentalmente, una persona con la capacidad de transmisión y de análisis de la realidad y con la obligación (muchas veces con placer) de hacerlo a diferencia de quien transmite datos o chismes por gusto propio. Es periodista el curioso, pero no el impertinente. Es quien sabe de todo un poco, y lo que no sabe, sabe a dónde ir a buscarlo y cómo conseguirlo.

Quiero ser en el futuro ( muy cercano por cierto), una periodista con las capacidades que mencioné, con toda la pasión y la agudeza que requiere la tarea y de quien se ha preparado y perfeccionado a nivel académico. Y quiero tener todas las herramientas para poder desenvolverme en un medio gráfico, radiofónico o audiovisual y poder cumplir mis expectativas.

Quiero que mis palabras lleguen a oídos de mucha gente y que despierten opiniones de las más variadas. Quiero hacerme oír sin llegar a ser lo que hoy se denomina el periodista estrella. Deseo informar, y ser testigo, ser el puente entre la sociedad y lo que ésta desea alcanzar: la información. Desearía, crecer profesionalmente en el periodismo y expresar mis ideas con libertad en el medio en el cual me desempeñe, no renunciar a mi ideología por cuestiones económicas ni de otra índole. Desearía, que el público pueda interpretar lo que expreso y que forme su propia opinión, sin coacciones políticas de ningún tipo.

Quisiera que todo lo que aprendí y los conocimientos teóricos que adopté me sirvan para cometer la menor cantidad de errores posibles en la práctica.

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