viernes, 25 de abril de 2008

CHAU, CHAU ADIÓS...



PINTADO AL ÓLEO

Seis en punto de la mañana. Ronronea la voz de una locutora radial y anuncia lo esperado. El ministro de Economía Martín Lousteau había “renunciado” a su cargo. Mis ojos todavía no consiguen abrirse y se me ocurre que puedo estar soñando o en algún estadío de mi imaginación .

Enciendo el televisor y hago zapping por varios (bueno; varios, es una manera de decir) canales de noticias confirmo que no estaba soñando. Martín Lousteau renunció a su cargo.

Cuando llegó a la cartera de Economía lo recibieron con todos los honores, encontró el respaldo de la Presidenta y su entorno. Todos hablaban de su formación académica y por sobre todas las cosas, de tu juventud. Fue presentado como un “joven brillante” que condujo el Banco Provincia con sorprendente solidez para su edad. Duró 137 días en su cargo, con más cuestionamientos que aplausos y con la desconfianza del ex presidente. El Gobierno se propuso negar la inflación y manipular los números del INDEC. El temperamento del Secretario (con aires de Ministro) de Comercio Interior Guillermo Moreno se empeñó en oponerse a él. Y Lousteau, no dudó muchas veces en hacerle frente.
Su figura se fue desgastando. Y terminó de derretirse cuando anunció el esquema de retenciones móviles para los productores agropecuarios el 11 de Marzo.


Llegó inesperadamente al Gobierno Nacional, como un pequeño pichón que acaba de nacer, con la protección y los consejos de Mamá Cristina y Papá Alberto, bajo las rigurosas órdenes e intimidaciones del Tío Guillermo. El pichón intentó tomar un poco de vuelo propio, pero su familia se encargó de cortarle las alas en cuestión de días.

OTRO FERNÁNDEZ Y VAN...

Hubo reunión. Fernández, Alberto; presente. Fernández, Cristina; presente. Lousteau, Martín; presente. Fernández, Carlos: muy pronto. Pasaron 45 minutos y la renuncia fue anunciada. Cristina y Alberto le ofrecen el cargo a Carlos Fernández, titular de la AFIP gracias a una disputa entre el ex titular del organismo, Alberto Abad y el ex titular de la Aduana, Ricardo Echegaray.

La gran familia Fernández no para de crecer. Bajo las alas de la dinastía K los Fernández tienen un lugar asegurado. Cristina, Aníbal, Alberto, y ahora Carlos.

Economía parece una cartera destinada al cambio continuo. Ya desde la gestión de Néstor Kirchner los ministros de esa área tuvieron un paso efímero. Roberto Lavagna, Felisa Miceli, Miguel Peirano, Martín Lousteau no pudieron mantenerse en el cargo por demasiado tiempo bajo las alas de los K. Quizá tengan que someterse a las sugerencias del Tío Guillermo o descender, en ésta, o en otras vidas de algún Fernández.


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